A veces me quedo mirando el tintineo del cursor sobre la página en blanco del Word y me pregunto si todo esto tiene sentido . Sin necesidad ninguna de justificar absolutamente nada. Sinceramente, no es una pregunta que surja de la frustración momentánea, sino de una fatiga continuada que llega cuando piensas los años que llevas empujando una piedra montaña arriba y la piedra, inexorablemente, vuelve a caerse colina abajo...la condena de Sísifo. ¿Por dónde empiezo? Quizás este texto esté desordenado y puede que no sea a lo que os tenga acostumbrados. Sólo son ideas, esbozos, ocurrencias que nacen desde la más profunda ingenuidad. Lo primero que se me viene a la cabeza es el panorama artístico actual, y de pensarlo sólo, ya me da pereza. Es un ecosistema un tanto extraño, casi darwiniano en su crueldad; binario a la par que salvaje. Al principio suele presentarse como un amable e interesante espacio de libertad creativa, donde muchas ideas dispares tienen cabida en lo intelectual, y se c...
Hay algo magnético en ver a un artista que nació 120 años después del nacimiento de las vanguardias enfrentarse al lienzo con la misma furia que Pollock desplegaba en los 50. Volver está de moda, y este no es un simple revival, no. Lo que está pasando en los estudios de medio mundo da pie a pensar que es mucho más que un fenómeno: es una señal. Afirmaba Clement Greenberg (1961), que " el expresionismo abstracto era la vanguardia que América necesitaba para afirmar su identidad cultural frente a Europa " (p. 45). Hoy pasa lo mismo, pero con la diferencia de que ese mismo impulso se transforma, se descontextualiza y se adapta a nuestro propio contexto: Artistas de mi generación abrazan el dripping , la mancha y el gesto violento, pero ahora con una desesperación e intencionalidad que viene de un sitio bastante diferente. Y es curioso que eso se siga haciendo, ¿no? La Escuela de Nueva York y la Black Mountain College batallaban contra las secuelas de la guerra y la búsque...